La aldea medieval
Las aldeas medievales se situaban en torno a un
castillo o una iglesia parroquial. Alrededor de la aldea estaban las tierras
cultivadas, que se disponían en anillos concéntricos. En el primer anillo,
inmediato a las casas, se situaban los pequeños huertos familiares. En el
segundo, los viñedos, olivares y campos de cereal. Los límites del término
correspondían al bosque, que ocupaba una gran extensión y era una despensa de
frutos, leña y animales.
Algunos de los ejemplos de aldeas mejor conocidos son
los de la Extremadura Aragonesa, es decir, las tierras del Sur de Aragón
durante la Reconquista. Estas aldeas se agrupaban en las llamadas Comunidades
de Aldeas, como la Comunidad de Teruel, donde destacó Escorihuela por la
llamada Sentencia de Escorihuela, pleito que se considera el origen de la
independencia municipal en Aragón.
Una aldea, también llamada caserío en algunas regiones
de España, es un asentamiento humano comúnmente localizado en áreas rurales. Es
generalmente de tamaño y población menor que un pueblo. Las aldeas han sido la
unidad fundamental de las comunidades humanas en la mayoría de las áreas del
mundo a lo largo de la historia; desde su aparición en el Neolítico (aparición
de la agricultura o Revolución neolítica) hasta después de la Revolución
Industrial y del proceso actual de urbanización (Revolución urbana), en que la
sociedad industrial sustituyó a la sociedad preindustrial. Se mantienen en
zonas de población dispersa, como las zonas de clima oceánico de Europa y cuya
organización del territorio corresponde a criterios germánicos (Galicia,
Asturias, Bretaña, Islas Británicas...), donde era sencillo encontrar agua.
Bibliografía:
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